La incertidumbre respecto al futuro terrenal es muy preocupante, y por seguridad se hacen previsiones materiales. Los estudios antropológicos se ocupan del hombre sobre la tierra y lo dejan debajo de ella, pero el ser humano es algo más que un ente físico, biológico, animal; es un ser con espíritu, de allí la advertencia bíblica: <<Acuérdate de tu Creador antes que el cuerpo vuelva a la tierra y el espíritu a Dios que lo dio.>>
Fin de vida física no es fin de existencia, sino separación de cuerpo y espíritu; porque la Biblia declara: <<que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después el juicio>>. Esto es insólito para el razonamiento humano y visto como incoherencia bíblica, pero Apocalipsis, último libro de la Biblia, se refiere cuatro veces a una segunda muerte -separación eterna de la presencia de Dios -, y en (21:8) dice que incrédulos sufrirán esa segunda separación.
El Evangelio, (Juan 20:31) dice <<Estas cosas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre>>. La preocupación por el futuro terrenal desaparece con el cuerpo, pero el destino eterno del espíritu depende de aceptar o rechazar al Hijo de Dios como Salvador, antes que el espíritu se separe del cuerpo. Porque no sabemos que sucederá mañana.
Por Víctor Martín
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