¿Quién es Jesús?

Es el único Hijo de Dios. Jesucristo es parte de la Trinidad porque Dios existe en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Es nuestro Salvador, porque nos salvó de nuestra maldad y desobediencia que nos apartan de Dios, por eso él vino a buscarnos y salvarnos. Dios se acercó a nosotros a través de Jesucristo, se hizo hombre por amor a nosotros. Jesucristo vivió sus días en esta tierra en obediencia perfecta a la santa ley de Dios, sin hacer nada contrario a Dios, y así tomó el castigo que merecemos por nuestras vidas rebeldes ante Dios para que fuésemos declarados justos por su cruz ante el tribunal de Dios. Al resucitar demostró que es perfecto Dios y hombre, y que venció a la muerte, al pecado y ganó nuestra salvación, es decir vivir con Él aquí y en la eternidad. De esta manera, salvó a todo aquel que se arrepienta y confíe en Él.

La salvación no depende de nosotros, no hay nada que podamos hacer o pensar que nos haga ser merecedores de su perdón. Su salvación es un regalo, es por la gracia de Jesús que podemos estar con Él y ser aceptados en la familia de Dios. Ser amado incondicionalmente por Dios nos permite servirle con gratitud y alegría.

Dicho en términos bíblicos:

16 Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” 17 “Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.” (Juan 3:16-17)

 

Ser cristiano

Jesucristo no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en nuestro rescate, de la misma manera, le servimos y obedecemos, en gratitud por ser salvados y somos llamados también a servir con amor a nuestro prójimo.

“Téngannos los hombres por servidores de Cristo” (1ª Corintios 4:1).

Servimos a Jesús por amor, correspondiendo en amor al amor con que primero nos amó Él y nos sigue amando a diario. Y, en su nombre servimos a aquellos a quienes Él nos dirige, anunciando su mensaje de salvación y haciendo el bien a nuestros semejantes.

“No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros mismos como vuestros siervos por amor de Jesús.” (2ª Corintios 4:5)

 

Preguntas

 

¿Qué valor tiene la Biblia?

La Biblia es la Palabra de Dios escrita por hombres divinamente inspirados y por tanto libre de error en sus escritos originales.

21 porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. (2ª Pedro 1:21)

16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia (2ª Timoteo 3:16)

En los escritos que componen lo que llamamos las Sagradas Escrituras o la Biblia, Dios se da a conocer de manera completa y nos transmite lo necesario para nuestra salvación.

8 Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre. (Isaías 40:8)

1 Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, 2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo. (Hebreos 1:1-2)

La Biblia es la suprema autoridad en cuestiones de fe y de conducta y ella misma es la norma infalible para su propia interpretación. Nada ha de ser añadido o quitado de las Sagradas Escritura.

17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. 18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. (Mateo 5:17-18)

¿Quién es Dios?

Creemos que hay un solo Dios vivo y verdadero, creador y gobernador de todo cuanto existe, visible e invisible.

3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. (Hebreos 11:3)

Creemos que Dios es espíritu; que es invisible, inmutable, soberano, personal y eterno; que es perfecto en justicia y santidad, que aborrece el pecado y que no tendrá por inocente al culpable; que es infinito en poder, sabiduría y misericordia; que hace todas las cosas según el designio de su voluntad para su propia gloria

36 Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén. (Romanos 11:36).

27 al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén. (Romanos 16:27).

¿Quién es el Espíritu Santo?

Creemos que el Espíritu Santo es Dios y habita en nosotros cuando creemos en Cristo. El Espíritu Santo nos permite conocer a Dios a través de la comprensión de la Biblia y su sacrificio en la cruz.

10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. (1ª Corintios 2:10)

Es por medio del Espíritu Santo que nos llega la bondad y la gracia de Dios y de manera poderosa produce cambios en nuestras vidas y en quienes somos.

5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, 6 el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, 7 para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.
8 Palabra fiel es ésta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres. (Tito 3:5-8)

¿Qué significa ser salvado?

Ser salvado implica arrepentirnos de nuestro pecado y recibir por fe a Jesucristo como nuestro salvador personal. De esta manera somos hechos Hijos de Dios, como su creación amada y valiosa.

10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. 11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. 12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. (Juan 1:10-13).

Al reconocer a Jesucristo como nuestro salvador y aceptar su sacrificio de amor en la cruz, por gracia como un regalo que no merecemos, tenemos vida eterna y el Espíritu Santo habita en nosotros. Reconocemos nuestros pecados y el vivir alejados de Él y pasamos a ser perdonados, no tenemos que pagar el precio de la muerte porque ya cargó Jesucristo con nuestros pecados y obedeció la Ley de Dios por nosotros.

9 quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, 10 pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio, 11 del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles. 12 Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. 13 Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. 14 Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros. (2ª Timoteo 1:9-14).

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehusa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” Juan 3:36