Este ministerio se ocupa de facilitar que cada miembro de la iglesia tenga la oportunidad de participar y desarrollar sus dones en cada área, de tal manera que el peso del trabajo esté repartido entre todos los miembros, para que todas las actividades se realicen con orden y aprovechando los dones que cada uno tiene.
Del mismo modo se encarga de que cada persona que desarrolla una responsabilidad en la iglesia reciba un cuidado espiritual adecuado.