Elijo amarte

Existe un riesgo cuando parece que todo proviene de nuestra voluntad. Cuando le decimos a Dios que elegimos amarle, podemos sentir que estamos actuando como bravucones y que todo pareciera depender de que nos apetezca o no nos apetezca amar a Dios. Como si servirle fuera simplemente una decisión que tomamos por
nuestras propias fuerzas y, entonces, los débiles caen y los fuertes sobreviven.

Pero los que llevamos tiempo conociendo al Señor sabemos que esto poco tiene que ver con la fuerza de cada cual. Poco tiene que ver con la voluntad y mucho con la obra del Espíritu de Dios en cada uno, teniendo misericordia de nuestras miserias,
mirándonos, ¡cuánta lástima debemos darle a Dios cuando nos mira! No cuando estamos solos, no cuando la gente nos ve y estamos así, aseados y guapos y hasta peinados de vez en cuando; sino
cuando estamos ahí, delante del Señor, sin poder ocultarle nada. Y ahí es donde Él nosconoce, se compadece de nosotros y nos agracia con su amor. Y eso es lo poco que nosotros podemos intentar hacer: tomar la decisión de amarle con todas
nuestras fuerzas. Igual que los que estamos casados, que un día tomamos la decisión de amar a nuestro cónyuge por encima de nuestra propia voluntad. Amarle en cualquier circunstancia, contra viento y marea. ¡Cuánto más debemos decirle al Señor!:

“Elijo amarte, pase lo que pase. En mi momento bueno, quizá sea más fácil. Pero también elijo amarte en el malo, aunque me cueste amarte por encima de todas las cosas, elijo entregarte mi vida, entregarte mi corazón, entregarte mis problemas, mis decepciones, mi riqueza, mi pobreza, mi salud, mi enfermedad, mi compañía, mi soledad… todo te lo entrego a ti. Elijo amarte, y dame fuerzas, Señor, para que esta decisión que tomo hoy no se desinfle mañana, que día tras día pueda renovar mi compromiso de amor contigo. Porque Tú, Señor, nunca has dejado de amarme y nunca vas a hacerlo”.

Dios no tiene que elegir seguir amándonos; es parte de su naturaleza. Dios significa amor. Él no puede dejar de amar. Hoy es buen día para renovar nuestro compromiso de amor con Dios y cantarle: “Elijo amarte, elijo buscarte de corazón. Elijo aceptar el perdón que tú me das”.

Por Daniel Bores

«Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.»

Deuteronomio‬ ‭6:5

«Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.»

S. Lucas‬ ‭9:23

«Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.»

‭1 Juan‬ ‭5:1

«Los que amáis a Jehová, aborreced el mal; Él guarda las almas de sus santos; De mano de los impíos los libra.»

Salmos‬ ‭97:10‬-a

«Pero si alguno ama a Dios, es conocido por él.»

‭‭1 Corintios‬ ‭8:3

«Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.»

‭Romanos‬ ‭8:28

«Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Éste es el primero y grande mandamiento.»

‭‭S. Mateo‬ ‭22:37-38