La depresión

Según un estudio internacional publicado en la revista Lancet, se estima que los casos de depresión han aumentado un 28% más durante la pandemia. Esto significa que en 2020 hubo 53 millones más de personas pasando por un trastorno depresivo con respecto a otros años. Se trata de una las consecuencias más dramáticas de la pandemia: un profundo sentimiento de desesperanza en el interior de muchos.

Algunas de las características de las personas deprimidas son el pensamiento negativo hacia uno mismo. Nos vemos a nosotros mismos como incapaces e indeseables; vemos el mundo como un escenario lleno de obstáculos y, por otro lado, percibimos el futuro sin esperanza alguna.

En medio de este torbellino de pensamientos negativos, Dios, nuestro padre, nos dice que Él nos ve como sus hijos deseaos y capaces; Él nos ayuda en medio de los obstáculos que encontramos en nuestro camino y nos ofrece un futuro lleno de esperanza.

La Biblia, que es la palabra de Dios, nos deja algunos versículos muy útiles en este sentido. Por ejemplo, Isaías 26:3 dice “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”. O el Salmo 34:18 dice que “El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón; Él rescata a los de espíritu destrozado”

Algunos instrumentos como la guitarra y el bajo tienen en el interior del mástil una barra de metal que lo atraviesa y que impide que este se encorve. Se denomina “alma” y cuando el alma del instrumento no está bien, necesitamos que un Luthier la repare porque condiciona su sonido.

Algo similar pasa con nosotros. Si sientes que en este caso eres tú quien necesita reparar tu alma, te animo a que acudas al Señor Jesús. Él nos dice que en Él podemos volcar nuestra alma herida y sentirnos aliviados porque Él cuida de nosotros. HAY ESPERANZA PARA LA DESESPERANZA.

Por Arlis Orbegozo

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