Predicación 2 de enero
El amor se expresa en la intensidad de nuestra atención y, por eso, no es posible vivir con lealtades divididas. En la Biblia encontramos el ejemplo de Pablo, que lo perdió todo por ganar a Jesús. No obstante, Dios no ignora nuestras necesidades terrenales (“Danos hoy el pan nuestro de cada día”), pero advierte sobre el peligro de convertir esas necesidades en nuestra prioridad. Él nos llama a buscar primero Su Reino, pues él mismo se encargará de añadir todo lo demás, lo ha prometido (Ef. 3:20; MT. 6:34).
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