Algunos de los miembros de nuestra iglesia han tenido la oportunidad de ir a repartir las cajitas del Proyecto Operación Niño de la Navidad a diferentes campos de refugiados en el Sáhara. Un viaje que ha impactado a cada uno de ellos y que comparten con el resto de nosotros para animarnos a participar también.
Porque cada cajita hecha con amor llega directa al corazón de cada uno de los niños. La emoción cuando la reciben es tan real que es difícil explicarla en unas pequeñas líneas: sus sonrisas y sus gritos de alegría, sus abrazos, sus “gracias” emocionados, sus formas de jugar durante horas con sus nuevos tesoros.
Pero todo ese cariño no se resume solo en los niños, sus familias también. La generosidad y el cariño con el que tratan a todos los que van es difícil de entender cuando ellos tienen tan poco. Preparan sus casas, sus camas, sus mejores comidas, su agua y todo lo que tienen, sin medida. Y te preguntas, ¿nosotros seríamos capaces de hacer lo mismo por personas que no conocemos?
El amor traspasa fronteras y culturas. El amor de Dios es poderoso y llena de gozo y esperanza a todo el que lo recibe. Y ese es el proyecto: llevar ese amor en forma de cajita a los niños que no lo conocen. Compartir un poquito de lo que tenemos para que quien lo reciba sepa que DIOS LE AMA INMENSAMENTE y ha elegido cada cajita específicamente para ellos.
Has preparado ya tu cajita para que Dios pueda tocar el corazón de un niño?
El viaje al Sahara me mostró cómo las personas que menos tienen son las más generosas, y el gozo y esperanza que las cajitas traen a los niños y su comunidad.
Ester
Lo que más me impacto del viaje fue el valor de cada caja, no solo para los niños y las niñas que reciben una caja, sino también para TODA su familia. No es simplemente una caja que solo trae noticias de alegría, además trae vida y amor a toda la familia y a todo el pueblo.
Brooke
Lo que más me impactó del Sahara fue ver que tan poco puede hacer tan feliz a un niño. Es impresionante como una simple caja de zapatos, llena de un par de cosas, puede cambiarle la vida por completo a un niño.
Miguel
Lo que más me impactó de mi viaje al Sáhara fueron las sonrisas y el amor que cada uno de los niños y niñas nos regalaban aún sin conocernos de nada
David
La cocina une culturas diferentes.
Recibí mas de lo que podía imaginar.
Jesús
La sonrisa es el mejor regalo que pueden hacernos los niños
Miryam
El proyecto transciende lo material y tiene que ver con dar valor a la vida de un niño. Une dos mundos a través de dos familias, la que prepara la caja y la que la recibe.
Marie France
Lo qué más me impacto del viaje al Sahara fueron las personas, que nos trataron con mucha generosidad y cariño. Y sobre todo las caritas de los niños, su alegría y sus muestras de amor.
Maria Victoria
Lo que más me impresionó de mi viaje al Sahara fue ver cómo los niños recibieron sus regalos con tanta ilusión, como eran tan felices a pesar de sus carencias económicas, sus juegos, sus risas. Quisiera haber dejado un poquito de Jesús durante mi estancia.
Gloria
Me impresionó mucho el aplauso que de manera espontánea hicieron los niños cuando escucharon que esas casas son una señal de que Dios les ama y no les ha olvidado.
Jose Pablo
Me impresionó mucho la necesidad espiritual que hay en los niños saharauis y sus familias.
Jane
La preciosa familia que nos acogió y los tiempos que compartimos juntos.
Laura
Sus ojitos de felicidad al descubrir el contenido de la caja, muchos lo trataban como un tesoro. Me quedo con sus abrazos de agradecimiento y sus de vuelta a casa saltando de felicidad.
Aida
Abrió su caja y el grito de emoción que dio me removió entera por dentro. Para mí era solo un pequeño camión de bomberos rojo, para él era su nuevo tesoro.
Lucía