El sociólogo Johan Galtung dijo: La paz no es únicamente la ausencia de guerra o violencia, si no el fortalecimiento de los aspectos positivos que la edifican, como son la armonía, la cohesión y la integración.
Desde las sociedades más antiguas hasta el día de hoy, podemos ver cómo las estructuras sociales de nuestro mundo han generado una dinámica de exclusión, dejando fuera a ciertas personas ya sea por su situación económica o laboral, por el lugar de donde vienen, o debido a sus circunstancias físicas o psicológicas.
A lo largo de mis estudios en el ámbito del trabajo social he podido ver cómo se da esta situación día a día, y cómo afecta en las vidas y el futuro de tantas personas. El impacto que puede tener que alguien les acompañe y poder generar un cambio en su situación.
Jesús nos dio el mejor ejemplo de esto: fue excluido por su pueblo, despreciado; y Él aun así, fue el primero que dio su vida por gente que no era aceptada por su comunidad. Personas en situación de pobreza, personas con enfermedades infecciosas, extranjeros, mujeres… Y no solo eso, sino que nos aceptó a cada uno de nosotros y nos acogió a pesar de nuestras faltas.
Tengamos la sensibilidad para reconocer las situaciones a nuestro alrededor, y para actuar como Él lo hizo con nosotros.
Por Ester Corpas
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