Hoy en día vivimos en una sociedad en la que el término lealtad y lo que ello significa, ha perdido prácticamente todo el valor que realmente tiene. Cada vez con más frecuencia vemos como parejas, amistades, matrimonios, relaciones se rompen… Vemos como cada día se normalizan más el engaño y las infidelidades.
Cuando realmente la lealtad es todo lo contrario a eso, el término lealtad va de la mano con el término fidelidad, ya sea a unos principios morales, a unos compromisos establecidos o hacia alguien. Pero claro, encontrar eso en un mundo completamente egoísta en el que lo que importa es el “yo” antes que los demás, es muy complicado, por no decir que es, imposible. Sin embargo, existe alguien que sí que reúne todas esas cualidades. Alguien que es fiel y leal sin importar nada de lo que haya pasado o pueda pasar.
¿Tú perdonarías a alguien que te ha engañado, que se ha metido contigo, que te ha decepcionado y fallado una y otra vez? Que, además, ¿le perdonas por haberlo hecho una vez y lo sigue haciendo, día tras día? A mí me cuesta mucho. Pero, es más, por esa persona que te engaña, te niega, te decepciona, y lo hace día tras día. ¿Tu darías tu vida por el? Es muy probable que no.
Eso es la lealtad, alguien que está a tu lado sin importar nada, que pone nuestros intereses por encima de los suyos. Que no le importa que le humillen, le vejen e incluso que le maten por querer quedarse a nuestro lado. Esa persona ya existe y es Jesús, quien vino al mundo a morir por nosotros. Incluso sabiendo que le íbamos a fallar día tras día, que vamos a hacer cosas que no le gustan. Y a pesar de eso, su amor y su lealtad es mucho más grande que todas esas cosas. Y aún así quiso morir por ti y por todos.
Y a día de hoy no importa las veces que le fallemos, que no le obedezcamos, incluso que vayamos en contra de El. El sigue ahí, fiel y leal, esperando a que nos demos la vuelta a vayamos hacia Él porque nos está esperando con los brazos abiertos. No importa las veces que falles, Dios está esperándote con los brazos abiertos para que vayas hacia El y te acerques a El. Porque te ama, te perdona y siempre será leal, fiel a sus compromisos contigo.
Por Miguel Estrada
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